viernes, febrero 02, 2007

El tabaco y yo

No suelo fumar demasiado. Tengo la suerte de poder fumar de tanto en tanto sin la necesidad de hacerlo constantemente, e incluso soy capaz de pasar días sin fumar sin ningún problema.

Me gusta fumar cuando estoy solo en casa, de noche en mi habitación, con las luces apagadas y sólo un par de velas rompiendo la oscuridad. También cuando salgo al bar a tomar algo, junto a la primera cerveza suele ser lo mejor de la noche. Y sobretodo cuando deambulo por las calles.

Fumo negro. Empecé como todos con el rubio, era un chaval recién aterrizado a la jungla del instituto público y de lo primero que aprendes es a fumar. Pero con la edad me endurecí y me pasé al negro: más barato y pocos se atreven a pedirte un cigarro. Aunque ahora se ha puesto de moda vilipendiarnos, sigo igual o quizás fumo más para joder.

- Fumar mata lentamente- me dicen.
- Da igual, no tengo prisa.

2 Comments:

Blogger MALEFICABOVARI said...

No tienes prisa... el tabaco tampoco. Yo también fumo, rubio. Es el mayor placer, al igual que tu, cuando todo el mundo duerme, en el silencio de la noche, todo en calma, uno saca sus mejores pensamientos y sus grandiosas conclusiones de cualquier cosa, con el cigarro en una mano, el humo haciéndose con el ambiente, y la cabeza dirigiendo el espectáculo. Te comprendo como nadie. Yo también puedo no fumar durante un día, y luego al siguiente fumármelo todo. Apenas dependo, es un lujo que tenemos pocos.
Yo igual no le pedía cigarro pero sí me quedaba en su compañía con la excusa del tabaco...
bss
Maléfica

7:32 p. m.  
Blogger Unknown said...

Yo no fumo. Es curioso me muevo entre fumadores y borrachos pero sólo comparto el whisky. Nunca me gustó, quizá mi hígado se lo dijo a mis pulmones y me provocan el rechazo. No sé.

Un saludo.

9:46 a. m.  

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