Perdí

Un buen día me desperté y me di cuenta que había perdido. Sin darme cuenta poco a poco había sucumbido a un asedio que se había alargado durante años. Sentí al fin el peso de la derrota en mis hombros.

Era mi guerra desde luego, pero luchaba sin saber que lo hacía, aguantaba sin saber porque aguantaba, hasta que fue demasiado tarde para evitar nada.

Me desperté abrazando un hueco de ausencia en el colchón, desayunando un café con olvido y paseando una perra llamada soledad. Recordé como era la vida cuando tenía menos años, salía de casa y alguien me esperaba, me besaba y me hacía el amor.

Yo no sé estar solo.

Mi galería y yo

He abierto un espacio donde mostrar una mezcla entre una pasión existente y una que poco a poco crece.

La que crece es la fotografía. Me la compre el pasado agosto, una Sony Alfa 100, una virguería de máquina que sigue vienéndome grande a pesar de poco a poco ir cogiéndole el truco. La otra pasión latente y que hace que mi vida tenga cierto sentido de superación son los castells: esas construcciones humanas que hacemos en Cataluña.

La verdad es que da gusto pasearse por esos espacios, es increíble la enorme cantidad de jodidos buenos trabajos que hay.

Nota: La foto es de una devianera que me ha dado la bienvenida. Es jodidamente buena.

El tabaco y yo

No suelo fumar demasiado. Tengo la suerte de poder fumar de tanto en tanto sin la necesidad de hacerlo constantemente, e incluso soy capaz de pasar días sin fumar sin ningún problema.

Me gusta fumar cuando estoy solo en casa, de noche en mi habitación, con las luces apagadas y sólo un par de velas rompiendo la oscuridad. También cuando salgo al bar a tomar algo, junto a la primera cerveza suele ser lo mejor de la noche. Y sobretodo cuando deambulo por las calles.

Fumo negro. Empecé como todos con el rubio, era un chaval recién aterrizado a la jungla del instituto público y de lo primero que aprendes es a fumar. Pero con la edad me endurecí y me pasé al negro: más barato y pocos se atreven a pedirte un cigarro. Aunque ahora se ha puesto de moda vilipendiarnos, sigo igual o quizás fumo más para joder.

- Fumar mata lentamente- me dicen.
- Da igual, no tengo prisa.

Las entrañas y yo

No lo había hecho hasta ahora y no creo que se vaya a repetir demasiado en el futuro. Pero haremos una excepción, por que lo merece. Me han enviado un e-mail con un jodido video que me ha revuelto las entrañas.

No sé si lo han visto, pero espero que no me dejen solo con las tripas mal puestas.

El curro y yo

Ayer empecé a currar otra vez. Llevaba varios meses en paro y al fin encontré algo. No es ninguna maravilla, pero al menos engrosará mes a mes mi cuenta corriente que empezaba estar escuálida. Trabajo de informático subiendo, editando y modificando videos, juegos, fondos y demás mandangas a una pagina web para que alguien se lo baje para su móvil.

Insisto, no es para tirar cohetes ni es nada edificante para el alma. Pero la vida tampoco está para hacer ascos a según qué. La mayoría de cosas que pasan por mis manos es porno, porno y de tanto en tanto algún Bisbal o sus allegados.

Por lo menos puedo escuchar la música que quiera mientras trabajo. Seguiré viendo centenares de tetas mientras escucho jazz, progresivo o algún otro de mis cedés favoritos. Sabina me lo guardo para otras ocasiones.

Quizás le acabe encontrando la gracia.

Mis supuestas pretendientes y yo

Íbamos caminando por la calle un colega y yo, veníamos de aparcar el coche y nos dirigíamos a un pub a hacer varias copas junto a otros conocidos y amigos. Ya habían pasado las doce.

- ¿Sabes? - me dijo después de encender un cigarro - La pelirroja va detrás tuyo
- Ya, algo había notado - contesté con bastante parsimonia.
- ¿Y qué piensas hacer?
- ¿Respecto a qué?
- Si te la follarás
- No

Paró un segundo su discurso, supongo que buscaba las palabras necesarias para no parecer excesivamente basto. Yo también me encendí un cigarro con tranquilidad. Sabía dónde iría a parar la conversación.

- Joder es una oportunidad, hace año y pico que no se te conoce ningún rollo. Un polvo es un polvo.
- Ya - me encogí de hombros - pero no me apetece, no me atrae. - Eché una calada larga.
- ¿Y qué?
- Pues que follarme a alguien que no me atrae no me gusta, no lo disfruto. Además no quiero darle esperanzas. Prefiero joderme yo que andar jodiendo.
- Ya veo, supongo cada uno es como es.

A todo eso, casi ya habíamos llegado al bar.

Jacqui y yo

Hace dos años esta estadounidense llamada Jacqui Naylor ya nos deleitó a los afortunados asistentes a ese teatro con una dulce voz que poco a poco mata. Te mata por que penetra en lo más hondo con su harmonioso canto y cuando te das cuenta es tarde, ya estás atrapado y sientes que te has enamorado de ella.

Este febrero volverá y obviamente me ha faltado tiempo para comprar mi entrada. Ya la tengo y estoy tachando los días que faltan en el calendario, como un leve goteo que temo se haga eterno.

Será en el jazz lounge de mi ciudad, un concierto íntimo con apenas cien privilegiados. Yo seré uno de ellos.

A buen seguro, será magnífico.