Madame inspiración y yo

Lo mío con esta señora es de libro. Vaya, de trilogía diría yo. Viene y va, sin ningún tipo de pauta establecida, dando patadas al cerebro cuando le viene en gana. Bueno, aún así, tiene momentos en que es más fácil que se manifieste.

Si mi vida es un caos, con una cierta tendencia depresiva y sobretodo si tengo problemas con alguna mujer: la muy zorra no para quieta, podría, y de echo alguna vez así ha sido, pasarme una noche entera con ideas y llenando libretas con escritos o versos.

Por el contrario si todo va bien, estoy estable emocionalmente e incluso podría atreverme a decir que estoy feliz, se duerme o directamente se larga. Y no sé nada de ella, hasta que todo vuelve a ir por malos derroteros.

Supongo que por esto todo lo que hago tiene un aire asquerosamente melancólico, y no hay manera de hacer algo que pueda parecer ligeramente alegre. Qué le haremos. De ahí que este cuaderno guste del negro, a ver si con suerte engaño a madame.

El cuaderno de bitácora y yo

Al final me tendré que comer mis palabras acompañando un bistec o algo más ligero para hacerlas más tragables. Resulta que hoy estaba leyendo el artículo semanal del señor Arturo Pérez-Reverte, bueno, el de la semana pasada; y me encuentro que habla de un tipo, que a decir verdad no conocía, llamado Montero Glez.

Con su habitual jerga, habla de él como un tipo brillante de gran prosa, y no contento, además me pone un link (hipervínculo para alargarnos). Y nada, que le doy y me lleva a una bitácora (blog para los amigos) de este autor, leo varias anotaciones y no me quedan más que darle la razón al bueno del Arturo: ese tipo hace prosa sintética y clara que da gusto leer, sin andar por las ramas y llamando cada cosa por su nombre sin fútiles eufemismos.

Después de leer un par de textos, me doy cuenta de que está englobado en una web de bitácoras junto con otros autores, www.bestiario.com, le he echado un ojo por encima a los otros y me han parecido gente bastante aguda. Ni corto ni perezoso, bueno lo último un poco sí, para que engañarnos, los he linkado aquí, a mi derecha y en esta anotación, para que puedan disfrutarlos quien les apetezca.

Además me he dado cuenta que a esta palabra, blog me refiero, tan americana o avalonesa se le puede llamar bitácora, y a decir verdad, me parece una excelente acepción de la palabra.